jueves, 5 de enero de 2023

Nuevo año, viejas figuras

 El Capitán Trueno, sus compañeros inseparables Goliath y Crispin y su amada Sigrid, fueron el resultado de un tebeo que hoy llamaríamos comic, desde 1956 tuvo gran éxito en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.

En las fotografías figuras de la primera época en goma aun como J.I.N. (1959-1961) de 60 mm antes de transformarse en ESTEREOPLAST, de su segunda época ya como Estereoplast, 1962-1964 de 65 mm. de plástico.

Difícil conseguir figuras de esta época ya que la demanda de coleccionistas ha hecho que prácticamente desaparezcan o tengan precios desorbitados.


Los vikingos del reino de Sigrid,la eterna novia del Capitann Trueno,  la Isla de Thule; Gundar (con un halcón), Ragnad (con una calavera estandarte), Olaff ( con el arco) y Goodfred con un cuero de llamada).

Uno de los alicientes durante la semana  cuando estudiaba, al margen de que llegara el sábado por la tarde, porque en mi época había clases hasta el sábado al mediodía, era la tarde de los martes cuando llegaba a casa, ese día salía publicado el TBO del Capitán trueno y justo debajo de mi casa, en un quiosco  de los de antes, similar al que ha salido en la serie Cuéntame, recogía un ejemplar, luego a final de mes mi madre haría cuentas con el Sr. Félix que así se llamaba el quiosquero.

Tuve la sorpresa que con un ejemplar del Capìtan Trueno, me regalaron el primer número de El Jabato, serie que por supuesto también empecé a comprar y coleccionar. ¡Más cuentas para mi madre!.

Llegue a tener las series completas, luego como imagino paso a muchos adolescentes de la época de los sesenta, aparecieron los Beatles y los Rollings, comenzó el boom de las revistas musicales, entre ellas una que se hizo muy famosa en España “Salut les Copains”, esto hizo que abandonara al aventurero justiciero Capitán Trueno y al proscrito y peligroso Jabato.

                   

Así que como en mi cuarto había que hacer sitio para las nuevas colecciones y gustos, el Capitán Trueno y El Jabato fueron a la papelera. Y los muñequitos arrinconados perdiéndose muchos de ellos ¡Qué pecado cometí!.



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